La Visión

La Visión

Siempre he tenido mis dudas respecto a si las personas deberíamos tener una Misión o Visión de vida.
mi vision de vida

Hoy, 5 de julio, miéntras intentaba levantarme de la cama del hospital, cojo en mano el celular y observo detenidamente los mensajes que he recibido. Me llamó mucho la atención, uno en particular; uno que tenía un título interesante; ese que me había enviado mi madrina del alma Faustina Oviedo (la que adoro con todo el corazón, ella es simplemente especial). Ese que decía sin llegar a abrirlo: «Buen día, los cinco minutos….» y la curiosidad me motivó a descubrir qué decía y ahora, lo comparto con ustedes; el escrito era el siguiente:

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

«Te propongo que te pongas en oración y dialogues con el Espíritu Santo acerca de la misión de tu vida, y para ayudarte te hago algunas preguntas: ¿Qué estás buscando en la vida? ¿Por qué te gustaría que te recuerden después de tu muerte? ¿Qué te interesa dejar detrás de ti en tu paso por esta tierra? Y más allá de todo esto: ¿Te parece que estás haciendo de tu vida lo que Dios pensó y soñó al crearte?

No se trata de torturarte, o de llenarte de escrúpulos, porque todos cumplimos nuestra misión de una manera imperfecta y limitada. Pero lo importante es que tu vida tenga un para qué, un objetivo profundo, una finalidad, una opción.

Es cierto que en el fondo lo importante es que tu vida le dé gloria a Dios. Pero cada uno de nosotros le da gloria a Dios viviendo con pasión una misión en este mundo. ¿Has descubierto cuál es tu misión? No interesa si es pequeña o grande, oculta o llamativa. Es tu misión, la que nadie más puede cumplir.

Si no lo ves con claridad, es importante que trates de descubrirlo en la oración, pidiéndole al Espíritu Santo que te ilumine. Pero además de eso, es importante que le pidas que te impulse a esa misión, aunque no la veas con mucha claridad; que la cumplas, aunque no la entiendas del todo. Entonces, aun en medio de tus dudas y de tus momentos difíciles, todo lo que vivas, te llevará a cumplir esa misión que el Espíritu Santo ha pensado para tu vida».

Después de leer ésto, sólo se me ocurre decir: ¡Amén! Y luego me pongo a pensar; analizo detenidamente e intento entender del porqué hay que tener una misión en la vida. Y si volvemos al tema de la lectura, específicamente en el párrafo No. 2 (el que me parece uno de los más interesantes), nos podríamos dar cuenta que no se trata de una tortura porque efectivamente buscar la misión de mi vida no puede ser algo caótico, es que de ser así, yo renuncio, jajajajajaja. Se imaginan lo que es concentrarse en unos de estos pensamientos tan duros y ansiosos, como son: ¡Tengo una misión! ¡Yo sé que tengo una misión! y ¿qué tal éste? ¡Tengo que encontrar la misión de mi vida! Pues ésto es más que suficiente para entrar en un estado de ansiedad y demencia total. Jajajajaja.

Dejando a un lado un poco las bromas. Particularmente, yo no creo en misiones, yo no tengo porqué tener una misión, yo no tengo porqué buscar o encontrar una misión en mi vida. Yo pienso que las personas no tienen porqué tener una misión en su vida, si no quieren, si no les nace tenerla, si sienten que su vida está bien como está. Yo creo en otras cosas, pero NO en qué tengo una misión, y me excusan si piensan que me estoy tomando ésto a broma o me estoy equivocando, pero es mi pensar.

Yo sí creo en mantener una actitud 100% positiva, sea con lo que sea que usted se encuentre en su camino (fortaleza interior), sí creo en los objetivos de crecimiento personal y profesional de cada quien; sí creo en avanzar cada día para ser mejor persona con usted mismo y con su entorno; sí creo en la crianza y en educación de los hijos, que son el futuro del mañana; sí creo en la unión familiar, que independientemente de las situaciones que se puedan presentar, la unión siempre hará la fuerza; sí creo en la creatividad de las personas con o sin limitaciones físicas o no, para lograr sus sueños y aportar un granito de arena con entusiasmo a este mundo, por lo que, yo sí creo en todo lo que es y sea válido para avanzar y contribuir a favor del bienestar colectivo.

A mi parecer, eso de creer que se deba tener una misión de vida, fue a alguien que se le ocurrió inventarlo para crearnos una angustia interna, existencial y constante; para estar cambiando de misión en misión, porque la anterior ya no nos gusta; aquella no era la correcta, la de ahora no tiene sentido, ésta me gusta más y así sucesivamente… hasta crear un círculo de angustias interminables y no llegar a creer en nada o simplemente sentirte un fracasado (a) porque no encuentra su misión en este mundo.

Y ustedes se preguntaran, entonces, Wendy ¿Tú no tienes una misión en la vida? Pues, misión como tal, ¡No!…Quizás el estar hoy aquí, escribiendo esta nota desde mi humilde habitación del hospital, sin saber si logrará ser leía algún día, ésto ha sido un plan mejor que se le ocurrió a Dios, pero no a mí. Jajajaja. Diosito ¡perdóname! Pero es así. A estas horas, yo estaría compartiendo con mi amiga Laudelina Batista y mi sobrinita Lesli, en casa. A lo mejor en algún centro comercial, probándonos todo lo que encontremos a nuestro paso (ropa, zapatos, accesorios, sombreros, etc…), o simplemente visitando algún lugar interesante, aprovechando el veranito. Y como dice mi querida amiga Nieves Almanzar, a pesar de todo: «Eres una cabra», «No te estas quieta, muchachita». La verdad que estar en casa, a veces está bien, pero estar fuera de ella compartiendo sanamente, es lo más divertidooooooo.

Dejando a un lado mis tonterías y volviendo al tema de la misión de mi vida, más que eso, yo pienso en una visión. La visión de visualizarmere completamente sana en el día de mañana. La visión de que exista mucho más información sobre la deficiencia en gata2, de la que existe hoy en día. La visión de que todos los que estamos atravesando por una enfermedad como ésta u otra distinta, dejemos de ser experimentos humanos de la ciencia para convertirnos en pacientes con un real diagnóstico y con la verdadera cura, porque ser diagnósticado y no tener cura, es lo más terrible y devastador por lo que puede pasar un ser humano; ésto le ha costado la vida a muchas personas.

Yo no escribo porque pienso que ésta es mi misión. ¡No! ¡No escribo por eso! Vuelvo y repito «Ésto es un plan mejor que se le ocurrió a Dios». Escribo por ver realidad una visión, una visión de todos. Escribo hoy, por mí y por ti, por mi familiar; por tu familiar, por mi amig@; por tu amig@, por mi vecin@; tu vecin@, etc., para que contribuyamos a difundir información que pueda servir de ayuda a otros (deficientes en gata2), y logren darles el diagnóstico de la enfermedad, lo antes posible y así, evitarles tanto dolor físico y emocional, tanta incertidumbre y cansancio; el cansancio que genera luchar contra algo totalMision o Vision de vidamente desconocido no sólo para los que la padecemos, sino para muchos especialistas en el campo de la medicina.

Es por tanto que la misión de mi vida no existe, con eso no quiero decir que usted no la tenga tampoco, ni quiero influenciar a nadie a que no busque una misión en su vida, si usted cree en ello, sin llegar a la obsesión ¡Pues adelante! Y sin más, me despido de ustedes, con este pensamiento:

«Yo no tendré una misión de vida, pero tengo la visión de seguir viviendo y ayudar a otros a vivir».

Hasta la próxima!

¿Misión o Visión de vida?